Hoy quiero contarles acerca de una clase de peces muy especiales, los condrictios. Una clase peces cartilaginosos que incluye a los tiburones, a las rayas y a las quimeras, un total de algo así como 1250 especies diferentes.

En nuestro mar argentino viven 105 especies listadas de las cuales, 55 son especies de diferentes tiburones, 48 son batoideos (rayas, chuchos, torpedos y guitarras, entre otros)  y 2 son holocéfalos (que incluye al tiburón elefante).

Pero hoy vengo a contarte una historia de tiburones, estos habitantes del mar que no son especialmente carismáticos, de hecho el cine nos hace creer que si  desaparecieran, sería muy bueno para la naturaleza. Pero nada más alejado de la realidad, puesto que los tiburones son  indicadores de la salud de nuestros océanos.

Esto porque, al estar situados en la parte superior de la cadena alimenticia, lo que se llama depredadores tope, su intervención es crucial para mantener el equilibrio, evitando que especies potencialmente invasoras proliferen y tomen el control de una ubicación en particular… Así que, desde ahora, intenta pensar en ellos como reguladores del equilibrio submarino

Investigando acerca de los condrictios para ésta nota me sorprendió muchísimo encontrarme repetidamente con el mismo título “Tiburones en peligro de extinción en la Patagonia” de hecho, recientemente vió la luz un informe de WCS Argentina para el que evaluaron el estado de conservación de 35 especies (las más críticas según criterios de la Lista Roja de UICN)  y hallaron que el 57% de las especies están bajo algún grado de amenaza de extinción, de las cuales el 75% son endémicas de esta región, es decir, que si desaparecen en esta región, estarán extintas en el mundo. Entre ellas, el gatuzo, el pez ángel espinoso y las guitarras grande y chica. 

Así que la historia para esta nota es así: Érase una vez un tiburón de nombre gatuzo y apellido condrictio, que crecía hasta volverse un adulto a los 6 años de edad… los pesqueros se llevaban a otros también de apellido codrictio, usando redes de arrastre en los meses importantes para su ciclo reproductivo, noviembre y diciembre, la primavera argentina. Como era una práctica pesquera insostenible, porque se llevaban a los adultos en edad reproductiva, el gatuzo se extinguió y del mundo desapareció. 

Pero esta historia cambia, si los defendés vos. 

Me dicen Mare y me despido hasta la próxima nota submarina.

Sources: https://argentina.wcs.org/es-es/Top-Navigation/2017-Wildlife-es-ES/Tiburones-y-rayas.aspx

https://www.fao.org/fishery/docs/DOCUMENT/IPOAS/national/argentina/NPOA_sharks.pdf

Special thanks to Matías Ventura, Guardaparque Nacional de Puerto San Julián.